miércoles, 31 de octubre de 2007

Desesperar

Tanto tiempo de tres semanas, tres domingos y cuatro días.
Un cuarto vació y frió y una vida entera de esta espera.
Tanto tiempo sin verte.
Infancia olvidada en mis entrañas, crecí con su música y madure con sus letras.
Tropecé, caí me volví a levantar y sangre.
Corría de niño de pies costados descalzos.
Frutillas en las rodillas, rebelde sin causas.
Una procesión sin cesar, camine, me desvié e hice mi propio camino.
Mi vida corrió peligro, mi miedo iba acreciendo.
Tire mis documentos, me quite los zapatos y camine descalzo,
en el pasto y en patas renové mi amor por mi entrañable infancia.
Cruce alambradas y campos, las vacas me miraban y el toro me permitio el paso.
Llegue a un estanque de agua y yo sin sed di marcha atrás.
Otra ves en la ruta de tierra, me colé en otro campo y el miedo no disipaba,
estaba perdido y me vinieron a rescatar.
Corrí como nunca, hasta que en su mirada vi buenas intenciones,
me deje alcanzar, me deje rescatar.

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